Aquí le dejamos una receta que nos envió una amiga
venezolana, siempre pensando en lo rápido y fácil de preparar, además que las
arepas quedan divinas y sobre todo COMES
sano y nutritivo.
Comparando el grano de quínoa con la semilla de Chía
obtuvimos la siguiente información de la páginarevistamassalud.comlaquinoa-y-la-chia.
Las semillas de chía (Salvia hispánica
L)
son ricas en proteínas, tienen un bajo contenido de carbohidratos y suministran
ácidos grasos de omega-3 (como los de los pescados y los frutos secos, que
cuando se consumen en cantidades elevadas, se asocia a una disminución en el
riesgo de enfermedades del corazón). También aportan fibra dietética, vitamina
B y minerales como calcio, hierro, fósforo, magnesio, zinc y cobre. Además,
tienen propiedades antioxidantes y no contienen gluten, por lo que los celíacos
las pueden comer también. Por su parte, la quínoa es rica en
carbohidratos, proteínas, grasas, minerales y vitaminas En comparación con otros granos similares,
esta semilla contiene gran cantidad de proteínas, tantas que la Organización Mundial de la Salud ha señalado que su
calidad proteica es equivalente a la de la leche. Además, son granos únicos, ya
que contienen 9 aminoácidos esenciales y en una proporción ideal para la dieta
humana, tiene más propiedades antioxidantes que otros cereales y cada porción
agrega 3 gramos de fibra a la dieta y el 10% del valor diario de hierro que
necesita el cuerpo. Similar a la chía, las grasas que contiene la quínoa son
del tipo omega 3 y no contiene gluten, por eso también puede ser consumida por
los celíacos. Tanto la chía como la quínoa pueden conseguirse en los negocios
de alimentos naturales. Dependiendo del lugar donde vivas pueden ser más o
menos caras, pero como contrapartida, ten en cuenta que rinden mucho. La
particularidad de la quínoa es que puede cocinarse como el arroz u otros
cereales y agregarse en ensaladas, sopas y guisos. Al cocinarla, mídela como el
arroz y te rendirá lo mismo. También puedes combinarla con otros alimentos como
carnes y guisos. La chía, en cambio, se puede comer cruda, por ejemplo,
agregando una cucharadita en ensaladas, yogures, leche o sopas. También se
puede moler como harina al momento de su consumo y elaborar aceites.
Le Agradecemos a María Alessandra Omaña, por su
gentileza de compartir con nosotros esta receta, enviada
desde Caracas-Venezuela.